miércoles, 1 de octubre de 2008

Un dinosaurio carnívoro que respiraba igual que las aves


Hace 85 millones de años, la vega de Río Colorado, en Argentina, retumbaba seguramente bajo las pisadas de Aerosteon riocoloradensis, un formidable depredador de diez metros que guarda en sus pulmones un secreto perseguido desde hace décadas por los científicos: el origen del singular sistema respiratorio de las aves actuales.Su descubrimiento supone un importante refuerzo de la teoría que postula que las aves que hoy surcan los cielos del planeta evolucionaron a partir, precisamente, de los grandes dinosaurios carnívoros.Entre todos los animales terrestres las aves tienen una forma única de respirar, ya que sus pulmones no se expanden. En su lugar, las aves han desarrollado, en efecto, un sistema de «fuelles», o bolsas de aire que ayudan a bombear aire al interior de los pulmones. Esa es precisamente la razón por la que las aves pueden volar mucho más alto y más rápido que otras criaturas voladoras, como por ejemplo los murciélagos que, igual que el resto de los mamíferos, expanden y contraen sus pulmones en un proceso respiratorio que resulta mucho menos eficiente.Aerosteon (que significa «huesos de aire») es el representante único de un linaje de dinosaurios que sobrevivió de forma aislada en Sudamérica. Sus restos han aparecido fosilizados en rocas de hace 85 millones de años, en pleno período Cretácico. Su pariente norteamericano más próximo, el Alosaurio, se extinguió millones de años antes para ser reemplazado por el célebre Tirannosaurus rex. Han sido necesarios largos años de trabajo de laboratorio para limpiar y escanear los huesos de Aerosteon, convertidos en roca, pero finalmente se hallaron las evidencias que demostraban que en ellos había bolsas de aire. Este dinosaurio, a diferencia de los demás proporciona evidencia directa de los «fuelles» implicados en la respiración de las aves. Sus huesos denotan una estructura esponjosa en la que las bolsas de aire de los pulmones invaden el tejido óseo. Estos «huesos aéreos» son el sello inconfundible del sistema que las aves utilizan para respirar.En este estudio se apunta a tres hipótesis diferentes para explicar la evolución de estas curiosas estructuras en los dinosaurios. La primera es la necesidad de desarrollar pulmones más eficientes; la segunda es la reducción de la masa corporal, algo muy útil para un corredor bípedo como Aerosteron; y la tercera es que de esta forma se consigue eliminar el exceso de calor del cuerpo. (con sus diez metros de longitud y su gran peso, este depredador formidable hubiera necesitado un sistema eficiente de refrigeración bajo su piel para liberarse del excesivo calor).

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